Yoga Oncológico
Sanar desde Dentro hacia fuera
¿Cómo sostenerse cuando todo alrededor de desmorona?
Cuando llega un diagnóstico de cáncer, el mundo cambia por completo. Hay un antes y un después, el final de un capítulo y el inicio de otro. El cuerpo físico ya no es el mismo, la mente se transforma en un torbellino de pensamientos y las emociones son una montaña rusa. En medio de tratamientos, médicos, efectos secundarios y decisiones difíciles, muchas personas pueden sentir que pierden el control. Se nos olvida lo fundamental: la conexión con uno mismo.
En este huracán, donde todo se mueve, donde el caos se apodera de cada rincón, aparece el yoga oncológico. Un espacio de calma, un refugio donde puedes respirar y sentirte en la piel, a reconectar con esa parte que sigue intacta. El yoga oncológico surge como una herramienta de acompañamiento que NO busca sustituir un tratamiento médico. Es un complemento desde lo más humano: respirar, moverte de manera consciente y encontrar la calma. Esta práctica puede ser un portal para aliviar el estrés, la ansiedad por un futuro incierto y el dolor físico, mental y emocional.
Mi intención en este artículo es mostrarte cómo la práctica de yoga es una herramienta muy poderosa para quienes transitan por momentos difíciles y que siempre debe ser desde un lugar que se adapte a todos, con sensibilidad y respeto. Buscamos estar presentes, sentirnos, abrazarnos, habitarnos desde el cuidado, siendo partícipes de nuestra propia sanación, desde dentro hacia fuera.
¿Qué es el yoga oncológico?
El yoga oncológico es una práctica diseñada para personas que están viviendo alguna etapa de un proceso oncológico (diagnóstico, tratamiento, recuperación o cuidados paliativos). Nos movemos desde la necesidad real que hay en ese momento, donde podemos incluir movimientos y estiramientos suaves, cuidado de las articulaciones, respiración consciente para calmar el sistema nervioso, meditaciones guiadas y relajación.
El objetivo de la práctica no es físico, es la presencia. Es una invitación para volver a tocar tierra, para habitar el cuerpo, incluso en los momentos más difíciles.
Beneficios del yoga oncológico
La práctica de yoga adaptado puede ofrecer beneficios concretos a nivel físico, emocional y mental:
Beneficios del yoga oncológico
La práctica de yoga adaptado puede ofrecer beneficios concretos a nivel físico, emocional y mental:
Físicos
- Mejora la movilidad articular y reduce la rigidez muscular.
- Fortalece el sistema inmune
- Mejora la oxigenación del cuerpo
- Alivia los efectos secundarios de los tratamientos: nauseas, fatiga o insomnio.
Mentales
- Ayuda a mantenerte en el presente, en atención plena.
- Fomenta la resiliencia y el sentido de propósito.
- La práctica en grupo crea una red de apoyo y acompañamiento mutuo.
Emocionales
- Mejora el estado de ánimo y la autoestima.
- Ayuda a controlar la ansiedad, los miedos y el estrés.
- Da un espacio seguro para expresar y gestionar emociones difíciles.
Más allá de los muchos beneficios que esta práctica ofrece, el yoga oncológico se convierte en un refugio íntimo donde la persona deja de ser paciente, volviendo a ser simplemente humana, convirtiéndose en elemento activo de su propio proceso de sanación.
El Acompañamiento con presencia
En este contexto, guiar una práctica de yoga oncológico es un acto de escucha activa, respeto y humildad. Ya no es solo dirigir una clase, sino que es acompañar sin invadir, respetando el estado físico, emocional y mental de cada practicante. Es importante permitir pausas, ajustes, silencios o simplemente reír y hablar. La clave está en permitir un espacio seguro donde cada uno pueda sentirse uno mismo, sin juzgar, sin miradas incómodas.
Para ofrecer una práctica adaptada de yoga oncológico, es necesaria una formación específica, pero, sobre todo, una sensibilidad especial para entender que cada cuerpo habla desde un lugar distinto. Las posturas no son una prioridad, donde una respiración suave y consciente puede ser más sanadora que una postura elaborada.
Testimonios
Cada persona es especial, cada cuerpo es distinto, cada experiencia es única, pero en lo que coinciden quienes han practicado yoga oncológico durante o después de un tratamiento es: el yoga no les curó, pero les ayudó a sanar.
Puedo compartir contigo alguna frases que han quedado grabadas en mi:
- Manu dice “Me siento viva y presente en cada respiración”
- Maria Angélica dice “cada clase es como un abrazo al alma”
- Mari Carmen dice “Cuando tengo miedo, respiro. Cuando tengo ansiedad y pierdo el control, respiro”
Sanar el miedo, la desconexión con uno mismo. Ser partícipe de la propia sanación. Sanar desde dentro hacia fuera.
Te invito a reconectar
Si lees esto y tu o algún cercano está atravesando un proceso oncológico, el yoga puede ser un espacio de reconexión, calma y autocuidado. Especialmente hago hincapié en que no se necesita ninguna experiencia, ni ser flexible ni tener fuerza. Solo se necesita respirar y el deseo de estar presente, en el propio lugar, un día a la vez.
Si algo en lo que te comparto ha llegado a ti y si sientes la necesidad de probar una práctica de yoga oncológico, puedes escribirme y con gusto te acompañaré.
Mi alma reconoce, honra y saluda a tu alma.
Namasté.
Gaby con amor
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