¡Hola! Soy Gaby 🙂

¡Qué alegría tenerte por aquí! Te cuento un poquito de mi historia… y ya me contarás tú la tuya (¡esto va de ida y vuelta, eh!). 

Soy chilena, criada en una familia clásica: mamá, papá, hermana, abuelos… donde estudiar y tener “una profesión seria” era casi ley. Así que, obediente y aplicada, estudié Ingeniería Biomédica. Se me dio fácil, la terminé rapidito, empecé a trabajar… y ahí fue cuando la cosa empezó a chirriar. 
Spoiler: odiaba el trabajo. No encajaba. Me sentía un alien en un sistema que no era para mí. 

Pero como soy terca (y curiosa), seguí buscando. Me metí a un máster en Tecnología Nuclear, ¡me encantaba estudiar eso! Lástima que el destino laboral era siempre el mismo: escritorio, 4 paredes y una pantalla. Probé otra vez con un máster en Barcelona, esta vez en Biomédica (sí, aún no pillaba el patrón jajaja). Acabé en una empresa de medicina estética en I+D. ¿Adivinas? Sí: escritorio, 4 paredes, pantalla. Again. 

Y entonces… boom. Mi cuerpo y mente dijeron “hasta aquí llegamos”. Entré en un período de depresión y ansiedad que me obligó a parar durante 8 meses. Y ahí, en ese silencio incómodo, me encontré con lo único que siempre estuvo a mi lado: mi esterilla. 

El yoga había estado presente desde siempre, de mil formas: hatha, vinyasa, ashtanga, bikram… En ese momento entendí que la respuesta no era una nueva carrera. Estaba, literalmente, bajo mis pies. 

Durante esa pausa comencé a formarme, pero esta vez desde otro lugar: más consciente, más conectada. Estudié filosofía del yoga, técnicas de ajuste, historia, raíces… Entré en una espiral de preguntas que me hicieron sentir viva (y un poco más loca, también). 

Acumulé horas: 200h de vinyasa, 100h de ajustes, especializaciones en yoga inclusivo, oncológico, yin… y cuando ya llevaba 4 años en Barcelona, decidimos (mi compañero, nuestra hija gata Xirimoya Alegre y yo) dar otro salto: Ibiza. 

Aquí empezó la magia. Me encontré con personas clave, proyectos bonitos y muchas ganas. ¡Nunca había trabajado tanto! Literalmente me tenían que quitar el ordenador de las manos. Y por fin, lo logré: me dedico a lo que amo con el alma. 

Hoy doy clases de yoga para adultos mayores en el Ayuntamiento de Ibiza, yoga oncológico en APAAC, y co-creé un espacio de bienestar (Integrayoga) con una amiga, donde ofrecemos yoga restaurativo y otras joyitas más. 

¿Y ya está? ¡Claro que no! Porque si hay algo que me define, es que cuando creo que lo encontré… sigo buscando. 

Así que hice las maletas y me fui a la India. Sí, la meca. Y fue tan hermoso como caótico. Me meó una vaca (con precisión quirúrgica, te juro), los monos me robaron la ropa (sí, mi ropa interior también), comí cosas que no sabría repetir, y aun así, fue una experiencia profundamente transformadora. Aprendí, solté, lloré, reí y volví con el alma encendida. 

De todo este viaje —externo e interno— nació Omtacto: un espacio para el alma, el cuerpo y el corazón. Un lugar que busca ser amable, inclusivo, honesto y profundamente humano. Que te dé flores en el camino de espinas. Que te acompañe. 

Aquí encontrarás clases, retiros, terapias, formaciones y, sobre todo, un espacio donde crecer en todas las direcciones. 

Bienvenida, bienvenido, bienvenide. El viaje recién comienza. ✨ 

 

"El objetivo del yoga es calmar el caos de emociones en conflicto"

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